Su cara lo hace distinto y él solo quiere ser uno más. Camina siempre mirando al suelo, la cabeza gacha y el flequillo tratando en vano de esconder su rostro, pero, aun así, es objeto de miradas furtivas, susurros ahogados y codazos de asombro. August sale poco, su vida transcurre entre las acogedoras paredes de su casa, entre la compañía de su familia, su perra Daisy y las increíbles historias de La guerra de las Galaxias.

Este año todo va a cambiar, porque este año va a ir, por primera vez, a la escuela. Allí aprenderá la lección más importante de su vida, la que no se enseña en las aulas ni en los libros de texto: crecer en la adversidad, aceptarse tal y como es, sonreír a los días grises y saber que, al final, siempre encontrará una mano amiga.

La lección de August es un libro hermoso y agradezco mucho a la persona que me lo regalo, de esos libro que te llegan al corazón y deseas que sean leídos por todo el mundo.

Auggie es un niño de diez años que nació con mal formación facial y debido a eso se ha tenido que someter a 27 operaciones, gracias a todo eso la gente siente terror, asco cuando lo ve  y hace que los niños pequeños corran cuando él esta cerca. Sus padres han decidido que ya esta listo para ir a la escuela (debido a sus muchos tratamientos tuvo que ser educado en casa).

La escuela será un gran reto para el protagonista, debe enfrentar numerosos obstáculos que lo ayudaran a madurar y ayudándolo en todo momento estará sus padres y su hermana. Gente como el director Traseronian, Jack Will, Summer, Justin, Miranda lo estarán ayudando en su incursión con el mundo fuera de casa, también el maestro Bowne con los preceptos de cada mes.

Algo que me gusto mucho es la forma en la que esta escrito es que el libro, cada parte es narrada por un personaje diferente, yendo del pasado al presente; una manera de saber como ve las cosas ese personaje. Cada uno tiene sus problemas internos pero que de alguna forma estar cerca de August los ayuda.

La lección de August es un libro con buenas dosis de realidad, humor y emotividad (lo acepto hubo varias ocaciones que se me humedecieron los ojos), un final genial y hermoso. Unos personajes muy humanos y a pesar de la corta edad de Auggie aprendes mucho con él.

Un libro con buenas cosas que aplicar en la vida real y si quieren salir de la literatura juvenil un rato esta es una buena opción.