Se libra una batalla, todos los enemigos de Nathan están ahí. Debe escoger entre la justicia, el asesinato o el apartarse de esa guerra. Durante el camino una bruja muy poderosa le ofrecerá el vivir con ella y enseñarle todo tipo de magia, no solo a manejar sus poderes al máximo sino a liberar otras habilidades.

Disfruté leer esta trilogía pero vamos, hay que aceptar que no es la mejor historia de magia. El concepto no es nuevo y el mundo no es como una semilla, es más una planta, pues no empieza desde cero el relato sino que recicla el entorno del mundo como lo conocemos. No está mal, pero si quería impactar tenía que echarle más ganas para competir contra muchos otros autores que ya han escrito sobre este tema.

Lo que salva a la novela son los personajes, desde principales hasta secundarios. Tienen características y personalidades que destacan. La autora hace que los recuerdes a todos y justo cuando crees que no volverá a aparecer, regresa con esperanzas para el pequeño engendro, Nathan (bendito sea su hermano).

El final es de los mejores que he leído. Melancolía fusionada con tristeza y paz. Es una de esas historias con un desenlace que se queda en tu corazón para toda la vida. No puedes superarlo tan fácil. No me avergüenza decir que lloré los últimos tres capítulos con moco y lágrima. Si eres nuevo con los desenlaces súbitos coffLaMarcadeAteneacoff entonces te diré que justo cuando crees que ya nada puede salir mal pues... no sale mal...sale... digamos que quieres pegarle a la autora por odiar tanto a Nathan, como dijo Nelliel Barsov, la autora simplemente no lo quiere.