En cuanto leí el título de este libro supe que tenía que leerlo, me pareció atrayente, y cuando leí la sinopsis me atrajo a un más.

La novela comenzó genial, un chico de quince años llamado John Wayne Cleaver ayuda a su madre en el negocio familiar: una funeraria; además obsesionado con los asesinos en serie y fascinado con la muerte y debido a eso, (fue algo preocupante para su madre y maestros) tiene que ir al terapeuta, el cual lo ha diagnosticado como sociópata. 

En su aburrido pueblo Clayton empiezan una serie de asesinatos que encajan con los patrones de los asesinos de su tema favorito, pero... ahí parecía que la magia acababa, cuando el autor da un giro inesperado. Con este hecho el libro perdió fuerza, y mi atención pero de la nada ya estaba devorando el libro sumergida en los asesinatos y viseras, en el misterio del criminal, y la lucha interna de John por controlar el monstruos que habita su interior. 

No sé si sea lo mismo en ingles pero John usa la palabra sociópata y psicópata como si fueran lo mismo pero no lo son, aunque sutiles hay diferencias entre uno y otro (no es que lea libros sobre el tema, biografías de asesinos seriales y me encante la novela negra). Él asegura no tener emociones pero claro que las tiene, aunque hechos no muy normales las despiertas; sino las tuviera el libro no hubiera sido tan entretenido porque al estar en primera persona es imposible no meterte en la cabeza del protagonista y sentir los impulsos o cosas que lo alteran.

Con pluma muy fluida Dan Wells nos presenta este libro, que si gusta o no gusta el cambio que hizo te atrapa enseguida, ya sea la curiosidad de cómo se terminará con el asesino, o como John va a lograr vencer sus demonios internos, querrás saber el final.

Tengo curiosidad qué hará el autor en el siguiente libro, espero nos revele un poco más de la naturaleza del asesino. Altamente recomendado, pero no aquellos de estómagos y mente sensible.